Es la Comunión de Natalia, y me aventuré a montarle la mesa al completo para su gran día.
Fue una locura.... porque quería dejarla montada antes de que ella apareciera, para poder darle la sorpresa, aunque debo decir que la sorpresa me la llevé yo, porque pude estar presente cuando llegó y al verla se vino a mí y me abrazó de alegría.
Que gran satisfacción cuando ves que lo haces, con ganas e ilusión, los demás lo reciben igual.